La espiritualidad del Tibet en tela de juicio


Miss Tibet. The Sunday Morning Herald. Australia, October 16, 1996




En los últimos días el tema sobre el Tibet ha ocupado diversos espacios en los medios internacionales y México no ha sido la excepción. Esta región ha sido escenario de protestas callejeras que ya han dejado hasta el momento, un saldo fatal de al menos 18 personas. Estas protestas surgen convenientemente a tan solo unos meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos. Por otro lado, nadie pone en duda hasta ahora la integridad y espiritualidad del Dalai Lama como líder de esa región que forma parte de la República Popular China. Sin embargo, el popular lider no ha escapado de ser el centro de numerosas polémicas que van desde un apoyo absoluto, hasta quienes lo califican de ser un teócrata oportunista.

Entre tantas opiniones vertidas sobre el tema, encontre una que afirma que el Tibet "es un territorio autónomo al cual las tropas chinas invadieron en 1950”. Una opinión adicional refuta la anterior aclarando que “fue en 1949 la invasión, cuando llegaron las tropas revolucionarias que a su vez, acababan de derrotar a las fuerzas de Chiang Kai Shek, las que hasta entonces solaparon el régimen teocrático y esclavista” He aquí el punto medular del presente escrito: El Tibet espiritual, ejemplo a seguir de miles de individuos snobs y ociosos de occidente, ¿esclavista? En lo personal el discurso “pacifista y espiritual” del Dalai Lama nunca me resulto muy convincente (igualmente, nunca me convencieron Karol Wojkyla con su patología anticomunista, o su compatriota el “lider social” Lech Walesa), ya que la impresión que me daba era más la de un comerciante ideológico que la de un tipo con un mensaje de paz. Bajo el disfraz de su larga túnica y sus manos en eterna plegaria se esconde un individuo lleno de sorpresas, no precisamente democráticas o espirituales.

Hay quienes creen que en el Tibet “nunca hubo esclavitud porque los tibetanos son los seres más espirituales del mundo” lo cual está a discusión, ya que en este punto de mi inquietud sobre el tema, comencé una búsqueda de datos históricos en la amplia red mundial (ARM o WWW, en inglés) sobre el Tibet pre-chino y encontré aspectos realmente interesantes e inquietantes.


Antes de 1959, las tierras y los habitantes del Tibet no eran más que feudos de las instituciones de los gobiernos, monasterios y nobles tibetanos locales, es decir, las tres categorías principales de propietarios que apoyaban la servidumbre feudal tibetana. Constituían menos del 5% de la población total del Tibet. Estas tres categorías principales de propietarios poseían prácticamente la totalidad de las tierras cultivables, de las llanuras, de los bosques, de las montañas, de los recursos acuíferos y del ganado. No sólo estaban habilitados para explotar a sus siervos de manera vampírica, sino que también ejercían un poder de dominio.

Los siervos y los esclavos, que representaban el 95% de la población del Tibet, no disponían de ningún derecho fundamental del hombre y no tenían ninguna libertad. Desde su nacimiento, los siervos pertenecían a un propietario. Su existencia, su muerte y su matrimonio dependían de la voluntad de su propietario. Tratados como ganado, los siervos podían ser vendidos, comprados, transferidos, propuestos como dote, ofrecidos a título de gracia por otros propietarios de siervos, utilizados para apurar deudas o intercambiados por otros siervos. Afín de proteger sus propios intereses, los propietarios feudales de siervos mantenían un sistema social jerárquico y estricto a la vez que ejercían un poder cruel. Los Códigos trece y dieciséis, que fueron utilizados hasta finales de los cincuenta, estipulaban claramente el precio de la vida de las diversas categorías sociales (que iba desde personas que no valían mas que un vulgar cordaje de paja a otras que valían más caras que el oro). Los gobiernos locales estaban dotados de tribunales y de cárceles, y los grandes monasterios, al igual que los nobles, tenían también sus propias prisiones. Bajo esta dictadura cruel, los siervos que osaban rebelarse eran perseguidos según la voluntad de sus señores.

Estadísticas han demostrado que los impuestos recolectados por los gobiernos locales del Tibet estaban clasificados en más de doscientas categorías y que los trabajos asumidos por los siervos al servicio de las tres órdenes principales de propietarios representaba más del 50% de su trabajo, alcanzando incluso al 70 y 80% en algunos lugares. Antes de la reforma democrática, la suma total del desgaste del Tibet era dos veces más elevado que el de la producción total de siervos. Los tres ordenes de propietarios que dirigían el antiguo Tibet vivían principalmente en las aglomeraciones o en las ciudades como Lhassa. Estaban estrechamente ligadas por intereses comunes. Sus miembros – los funcionarios, los nobles y los monjes superiores de los monasterios – cambiaban a veces de rol para formar las bandas dirigentes poderosas o para decidir los matrimonios entre clanes del mismo rango social con el objetivo de consolidar sus alianzas.

El Dalai Lama, en esa época principal representante de la servidumbre feudal tibetana y jefe del gobierno local tibetano, nunca se estorbó de “democracia” o de “derechos humanos”. De hecho, es por el temor a las reformas democráticas que el 14º Dalai Lama y su banda en el poder desencadenaron la rebelión armada en 1959 y ganaron el exilio tras su fracaso. Tras su fuga en el extranjero, la banda del Dalai-Lama siempre mantuvo el marco político de base de la integración de la política y la religión. Según lo que llama “constitución” tibetana, el Dalai-Lama, en tanto que principal figura religiosa, no sólo ejerce la función de “Jefe de Estado y de Gobierno”, sino que también beneficia del poder último de decisión sobre todas las principales cuestiones a las que se ve confrontado su “Gobierno en el exilio”.

Los fragmentos anteriores corresponden a un articulo publicado en China Daily, 14 novembre 2007, p. 10, bajo el titulo de La « democracia », el adorno engañoso del Dalai-Lama. (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64951)

Ciertamente, para algunos nostálgicos de la espiritualidad oriental a quienes no les satisface su maltrecha fe cristiana, podrán cuestionar como subjetivos y tramposos los dichos y hechos publicados por el estatal China Daily. No obstante numerosas fuentes que no se pueden calificar como oficialistas dan cuenta de esa realidad que prevalecía antes de la “despiadada y sangrienta invasión china” Aquí otro ejemplo:

Las religiones han tenido una estrecha relación no sólo con la violencia sino también con la explotación económica. Por cierto, es a menudo la explotación económica la que necesita la violencia. Así fue con la teocracia tibetana, hasta 1959, cuando el Dalai Lama presidió por última vez el gabinete laico del Tibet. Donde la mayor parte de la tierra arable seguía organizada en propiedades señoriales religiosas o laicas, trabajadas por siervos.
Incluso un escritor como Pradyumna Karan, simpatizante del antiguo orden, admite que “una gran parte de los bienes raíces pertenecía a los monasterios, y la mayoría de estos amasó inmensas fortunas... Además, monjes individuales y lamas pudieron acumular grandes riquezas mediante su participación activa en el comercio, los negocios y los préstamos de dinero.
Un monje, Tashí-Tsering, informa que era práctica común en los monasterios que los niños campesinos sufrieran abusos sexuales. Él mismo fue víctima de repetidas violaciones cuando niño al poco tiempo de ser llevado al monasterio a los nueve años. Las propiedades monásticas también reclutaban a niños campesinos para la servidumbre de por vida como empleados domésticos, danzarines y soldados.
Un artículo de 1999 en el Washington Post señalaba que el Dalai Lama sigue siendo venerado en Tibet, pero... pocos tibetanos saludarían el retorno de los corruptos clanes aristocráticos que huyeron con él en 1959 y que incluyen al grueso de sus asesores. Muchos agricultores tibetanos, por ejemplo, no tienen interés en devolver a los clanes las tierras que obtuvieron gracias a la reforma agraria china. Los antiguos esclavos de Tibet dicen que ellos tampoco quieren que sus antiguos amos vuelvan al poder”.
El articulo anterior fue publicado el dia 21 de marzo del 2008 por José Agapito Ramirez en http://www.aporrea.org/internacionales/a53559.html

En fin, hay que recordar que el esclavismo ha sido desde tiempos inmemoriales parte indisoluble de la sociedad humana; desde la antigua Grecia, pasando por China y hasta por la mal llamada democracia Norteamericana, que basaba buena parte de su producción agrícola en el comercio de esclavos africanos. De ninguna manera y bajo circunstancia alguna, es sin embargo justificable cualquier tipo de esclavitud, por supuesto. En el caso del Tibet, habría que ser menos espirituales, más respetuosos y sobre todo, más racionalistas a la hora de emitir una opinión al respecto. La información no nos hará libres, pero por lo menos si hará que tengamos un marco de referencia mas amplio. Para aquellos que deseen ir más allá en el conocimiento del Tibet hay una serie de enlaces en la ARM (www) que pueden ser consultados y contrastados:

Dr. Tuesday Lobsang Rampa
http://mypage.uniserve.ca/~dharris/Rampa/rampa.htm

El Tercer Ojo en el Museo de Fraudes
http://www.museumofhoaxes.com/thirdeye.html

Extractos de la sabiduría de T. Lobsang Rampa
http://www.galactic-server.com/rampa/#english

Tíbet ficticio: El origen y la persistencia del Rampaismo
http://www.serendipity.li/baba/rampa.html

Friendly Feudalism: The Tibet Myth
http://www.swans.com/library/art9/mparen01.html

Lama Yeshe
http://www.lamayeshe.com/

Tíbet, nodo oficial
http://www.tibet.com/

Historia del Tíbet, en el nodo oficial
http://www.tibet.com/DL/

Nodo oficial del Dalaï Lama
http://www.dalailama.com/

Historia del Tíbet, Amigos del Tíbet
http://www.friends-of-tibet.org.nz/tibet.html

Historia del Tíbet, Inicia
http://inicia.es/de/es_Tibet/historia1.htm

Historia del Tíbet, Lonely Planet
http://www.lonelyplanet.com/destinations/north_east_asia/tibet/history.htm

Dalaï Lama Lite (artículo del New York Times)
http://www.nytimes.com/2003/09/19/opinion/19FREN.html


El amable lector podrá darse cuenta al revisar los enlaces anteriores que algunos de ellos son apologías de lo que pretende ser el Tibet, mientras que otros se refieren a las supuestas mitologías y corruptelas que en la realidad de otros representa. Como dijo Joan Manuel Serrat: “Ha de haber gente pa’ todo”

Francisco Zárate

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