Loa apestados de la Tierra


Dicen por allí que la raza humana apesta. En este episodio de la historia de la humanidad le toco a los mexicanos ser los apestados de la Tierra. Un aparente nuevo virus de influenza (A/H1N1), repercutió a nivel global y trajo consigo una serie de medidas de ajuste sanitario en la Cd. de México que algunos calificaron de muy drásticas e innecesarias. Asimismo, la proporción de victimas por dicho virus fue mucho menor de lo esperado y no precisamente por la sagacidad o eficacia de las autoridades sanitarias correspondientes. En general, se podría decir que fue más escándalo mediático y político que una realidad palpable. Sin embargo las implicaciones a nivel mundial fueron reales y ahora en diversos países del mundo se ve con sospecha fanática a cualquier ciudadano mexicano que ingrese a su territorio. Los casos de maltrato y discriminación a dichos ciudadanos se multiplican día a día. En algunos casos como el de Singapur han llegado al extremo de amenazar en aislarlos en cuarentena en la cárcel. El caso más inverosímil, es sin embargo, el protagonizado por el gobierno de Haití, la nación más pobre de América. Las autoridades de dicho país rechazaron la ayuda humanitaria que envió el gobierno mexicano, con el argumento de que podría ser un foco de infección de la influenza humana. Habría que preguntarles a los pauperizados ciudadanos haitianos sobre esa draconiana decisión.
La discriminación y odio derivados de la ignorancia son los elementos esenciales de tales conductas humanas. En el interior de éste país con raíces culturales ancestrales, se han suscitado hechos vergonzosos de odio y discriminación hacia los habitantes de la Cd. de México, que la opinión publica ubica desde una perspectiva reduccionista como el origen de la infección. A los habitantes de la ciudad más grande del mundo se les conoce por diversos gentilicios, entre ellos el de chilangos. Este término se ha constituido en un elemento de alarma y rechazo entre los habitantes de México. Cualquier chilango que provenga de la Cd. de México es sujeto de actitudes discriminatorias y de rechazo por parte de la población del interior del país; efectivamente, tal y como les pasa en el resto del mundo en estos días de influenza humana. Los otrora arrogantes chilangos se han convertido en los reales y auténticos apestados de la Tierra.
¿Que más les podría suceder a estos pobres chilangos? La Cd. de México aporta cerca del 22 % del PIB del país, y con la emergencia provocada por el A/H1N1, las pérdidas en la economía nacional son inmensas; fuentes gubernamentales afirman que sólo será del 0.3 % del PIB, mientras que analistas independientes afirman que será del 1%. En cualquier caso, nuevamente los más afectados serán los ciudadanos comunes, que en general no tienen grandes cuentas bancarias y viven una precaria economía de sobrevivencia cotidiana. Desde esta perspectiva, además de un empobrecimiento en sus niveles de vida, los chilangos ahora tendrán que lidiar con ser los nuevos y universalmente conocidos apestados de la Tierra, al menos mientras no aparezca una nueva calamidad en alguna otra parte del mundo.

Comentarios

  1. También exageran en dramatismos, mi querido Frank... No en balde este país es el gran emporio de las telenovelas. Los "discriminados" en el exterior son los que pueden viajar (¡y hasta Singapur!)... qué porcentaje de la población total será?... Y lo de que todo chilango es discriminado en el interior de la República... por favor!
    Pero sí, las situaciones de crisis ponen a flor de piel los más graves problemas sociales. Tendrían que preguntarse los chilangos cómo han pensado y tratado siempre a los provincianos... Tendrían que preguntarse los mexicanos cómo han pensado y tratado a los centro y sudamericanos, a los asiáticos... Unas cosas no justifican las otras, pero pueden explicarlas.

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  2. Exactamente ese es el punto de la discusión en Los apestados de la tierra. Los chilangos no son precisamente los mas humanistas y tolerantes habitantes de México. Esa doble moral que nos caracteriza a los chilangos. Solo hay que darse una vuelta por la Fondesa, perdón quise decir La Condesa, para ver al México más absurdo, irreal y detestable. POr eso ahora nos toca vivir un poco el sentimiento de sentirse rechazado, señalado y acusado.

    Un abrazo mi estimada Odette.

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